Pero, ¿quién es Camila?

Queridos globeros todos/as:

En las últimas horas viene produciéndose en el blog la visita de un enigmático personaje al que es preciso desenmascarar. Su capacidad de desestabilizar a este pelotón empieza a preocuparme y a mí personalmente, me ha descentrado por completo de mi plan específico de entrenamiento cara al nuevo Reto 2010 (y conste que ya me veía a un nivel muy similar al que pueda tener el mejor Salamero). De modo que he iniciado un proceso de investigación para conseguir que nuestro enigmático personaje salga de su madriguera. De momento mi alma sabuesa ha comprobado que somos pocos los globeros que escribimos en el blog más tarde de las 22h. Si Camila es uno de nosotros, mis sospechas apuntan hacia Diego (la sintaxis de Camila me ha recordado el ágil vuelo de su pluma), nuestro eximio Abogado (con mayúsculas por su clase sobre la burra; pero ojo: la mayúscula se te va a caer si se confirman mis sospechas) por su condición de letrado; Gavilán (cuya afición a la chanza, a la mofa y a la berza y el chascarrillo es de todos conocida). De Salamero es obligado desconfiar por su alma de zorro. Pero a pesar de lo envenenado de su actitud al correr, cuando descabalga de su montura y guarda en el armario su traje de supermán para vestir de paisano, su sosiego y carácter civilizado no encajan con la malicia de Camila.

Adjunto algunas fotos para que por lo menos pueda darnos alguna pista indicándonos a cuál de las imágenes se parece. Notaréis, los más avispados, que una de nuestras camilas nos recuerda más a globeros como Paco, Navarro o Potrillo, por su mirada entre dócil y ausente. La otra quizá guarde mejor una retirada a Diego (eso sí, sólo cuando está en plena forma; no cuando como consecuencia de las raciones de arroz con leche que le prepara la bondadosa de su madre, sus pliegues se desparraman y asoman entre las costuras de su apretado maillot.

Eso sí, Don Camilo; te recomiendo andarte con ojo, porque más de un globero ha jurado que, si llega a esclarecerse tu identidad, serás desnudada en mitad del bosque, atada a un roble y debidamente azotada. En el supuesto caso de que te parezcas más a la Camila de la segunda foto que a la de la primera, además de lo dicho, no olvidaremos propinarte unos cuantos pellizcos en cada nalga, así como otras cosillas que no digo. Dicho queda.