Cuando uno retrocede, ya no hay marcha atrás.

Tras la decepción relativa provocada por la mala suerte del patrón en Uropa, que ha sumido en el desánimo a toda la tropa globera, los astros han decidido cambiar el sino de este simpático y pintoresco grupo (pintoresco donde los haya). Para empezar, esta es la suerte que corría el domingo Diegales, que asistió en Villatripas de Arriba al concurso de los güevos gordos, recibiendo el primer premio (y eso que el jurado solo tuvo ocasión de verle las ladillas. Como en el chiste, Diego no tuvo tiempo de presentar sus triburcios, que tenía guardados en un carromato). Llegan, pues, tiempos gloriosos, tras la debacle eslovena.

Asimismo, parece ser que Caballo Loco fue obsequiado en el camping con una ensaladera gigante por sus dotes de cazador de palomocojos. Esta es la instantánea en la que se basó el jurado para galardonar a nuestro otrora campeón, hoy reconvertido en asaltarrepechos anónimo.

La misma imagen le valió al presidente del bar Tápena para desproveer a Gavilán de su título de Conde y canjearle placa y medalla honoríficas por boina y juego de bolas de petanca. Malos tiempos para quienes ayer disputaban plazas de podium y hoy malviven de rentas añejas.

Aunque el peor parado de la foto fue el pobre Mariposón, que ha sido invitado a abandonar el cuerpo y hoy monda patatas en las catacumbas del cuartel del Bruc, asediado a todas horas por un lascivo palafrenero que no le quita el ojo de encima. Mucho me temo que a Papasfritas vamos a verlo, si sale de esta, bajando las trialeras sin sillín durante un buen tiempo, según me han contado que se las gasta el mencionado palafrenero.


En fin, que la degeneración se ha apoderado incluso de uno de nuestros hombres más competitivos. En otra ocasión ya os he informado de las correrías y escándalos que viene protagonizando Barrilete por las duchas y vestuarios de la piscina municipal, en donde tiene aterrados a todos los usuarios menores de edad. El muchacho ha tratado de desviar la atención declarando neumonías y callando gonorreas y demás infecciones venéreas. De esta guisa prepara nuestro triatleta su reto andorrano. Que cada cual juzgue por sí mismo.



Y en fin, muchachos, que la cuenta atrás ha empezado, y a quien más quien menos se le ve poco aplicado en sus deberes. A este paso os recomiendo que nos digáis a Loreta y a mí qué os pedimos para cenar, y tan pronto como lleguemos, nos aseemos y nos pertrechemos con nuestras mejores galas, pasaremos al salón a pedirle al pinche que os prepare algo caliente.

PD: Josep se ofrecía a hacer acopio de viagras para quien las necesite la noche de autos. A mí, queridísimo Barrilete, me basta con una flor.

Salud.