viernes, 26 de diciembre de 2014

Romería navideña al Cuenca.

Se echó de menos el 24 a alguna vieja leyenda. Algunos excusaron su presencia por razones médicas o no: el Gran Almirante apenas está empezando a dar pedales tras larga travesía por mares insidiosos; Isma tenía hora con sus estilistas para definir las líneas de su nuevo prototipo de chandal 2015 a partir del cual ADIDAS va a lanzar al mercado su nuevo ADIDAS Dungi Pol (dungitanopoligonero); Jiménez tenía cita con el doctor por su inflamación aguda de gemelo (al parecer el doctor le pidió a Alberto que pusiera su gemelo sobre la mesa; tras una exploración concienzuda, el matasanos sentenció: "no cabe duda, se trata de una inflamación aguda en toda regla". A lo que Jimix respondió: "no, no, si ese que le he enseñado es el bueno"). Para recompensar, disfrutamos de la presencia de Javier, que tras superar su lesión volvía al ruedo. Se diría que no ha notado en exceso su largo parón, y alguno en pocas y llega al alto de la Chistorra con la punta del zapato vomitada por tratar de seguirle tras el almuerzo. También regresaron el gran Jabalera (soy leyenda), que obtuvo como premio el poder asistir en persona al gran Pipo Mampodre, quesestampó un guarrazo de ley en una mierda senderillo. No todos los días te acuestas satisfecho de haber podido asistir a uno de los Grandes. Y por fin, celebramos la reaparición de Eze, que está dispuesto a todo tipo de tretas con tal de llegar a lo más alto: malas lenguas dicen que le vieron tirar al retrete del Cuenca sus chistorras, y otros que tras meterse entre pecho y espalda dos de ventresca y fritanga, huevo frito y polvorón, el muy miserable se tragó un gel (ya hay que ser tíomierdas). Por comer un puto filete de Irún le quitaron a Contador un Giro y un Tour. Lo que hizo ayer Eze el Farraguas fue mucho más que dopin.

A los postres se hizo entrega de un emotivo trofeo al valor y al sacrificio. Y a la chifladura, no nos engañemos. Con todo merecimiento se llevaron el gato al agua el dúo Luciérnagas, que se levantan cada día a las cinco de la noche para conseguir entrenar dos horas bajo un frío demoledor antes de ponerse a trabajar. El mérito es mayor si pensamos que para batirse con semejante colla de globeracos con algo de fitness y un buen cursillo de pilates les iba a cundir lo mismo.

 Para la historia anónima quedará la ascensión de Paco. De entrada tiró de veteranía, y se fugó del Cuenca mientras otros estaban todavía con la cadena y el candado entre las manos. En las estribaciones del collado Chistorra se puso a marcar, y hasta se le subió la moral a la cabeza y exclamó mirando atrás: menuda minutada les estamos metiendo a estos mindundis. Pero pronto vimos a estribor la sombra chaparra del gran Karpas, que venía escoltando a Salamero, a Diego, a Eze... y entonces al Empanadilla se le heló la sangre y la chistorra y el alioli le apelmazaron la boca, que a esas alturas ya llevaba seca como un cajón. El de Móstoles vio que se le iba su yerno, y que el Ternera le sometía a un marcaje tremendo, y le castigaba sicológicamente contándole el chiste del torero Jasinto de Arévalo. "Dios, déjame sordo", suplicaba el Empanadilla mientras el Toni volaba como un ángel por delante. "Mira que si quisiera podría ir en el grupo de Salamero como un rey, y voy aquí con el carretón del pescao", se lamentaba Paco. Y llegaba a una triste conclusión: "el método Chozas es un fraude, joder". Y "venga, Toni! Ale, parriba!", iba chillándole al yerno tratando de ponerle nervioso. Al final hicimos camino hasta arriba los tres, como tres ranas espanzurradas bajo la rueda de un tractor.

 Jordi sufría en el collado Chistorra su particular viacrucis. Podríamos cebarnos en él, y decir que el ángel de la Espina se convirtió en el cerdo de collado Chistorra. Podríamos poner el dedo en la llaga y denunciar la actitud de un padre sin escrúpulos que le abandonó a su suerte. Pero en verdad, su calvario representa magníficamente lo que este encuentro simboliza para la familia globera. Aquejado de una fuerte gripe, se trasladó en coche desde Vilafranca sabiendo que en su estado de forma actual le iba a tocar sufrir de lo lindo. Pero no quiso perdérselo por nada. A buen seguro que pronto volverá a los entrenos y el cerdo volverá a volar como los ángeles.

 Ya de vuelta, Salamero nos enredó en un bucle poniendo en práctica su lema de que siempre existe un atajo por donde alargar la ruta. En estas que en un cruce nos encontramos de cara dos calles en cuesta. Una subía al 12% y la otra al 30%. "Escoged", nos ofreció el miserable. Y antes de que nadie pudiese abrir la boca, enfiló por la que estáis pensando y pasamos las de Caín. Sobre todo yo, que venía de demarrarle al Diego un amago de peseta, y tuve que tragarme el órdago y dar chepazos maldiciendo a Salamero y su vuelta al ruedo. Al final, quien más quien menos llegaba a casa servido. Menos Loreta, que se creció con su nuevo trofeo al más bilbaíno y le dio por encadenar bucles como un botarate. Y quien más quien menos está ya deseando que llegue la próxima edición.


Este es Paco, y esto es el Tourmalet... Se te ve callacuezo, abuelo. Venga, ánimo y a remontar.




La instantánea recoge el momento en el que Eze tiraba las chistorras al suelo. 



Eze sostiene en la mano el vaso de cerveza. Al cabo de un minuto el vaso estaba vacío y las plantas de su izquierda mustias.


¿Calvo? ¿Quién dijo calvo?


Esto es lo que se metió el tiomierdas de Eze. ¡Y un gel!

Este mamarraxo está dispuesto a todo con tal de llegar a la cima.


Saturno devorando a su hijo.

3 comentarios:

Pipo Mampodre dijo...

Pero sobre todo por tu flequi, Alberto. Te lo mereces claramente por tu flequi.

Loreta dijo...

Pipo eres la leche gracias por tu tiempo.

Loreta dijo...

Xavi Almirante felices fiestas y muchos animos un abrazo.