Por si éramos pocos, parió la abuela. Después de las incorporaciones de Pepe y Luis, y tras el más reciente y sonado ingreso de Camila en la familia, Miguel Induráin ha querido engrosar las filas y apadrinar esta familia globera. No me diréis que no os procuro excelentes embajadores. Tras mover unos cuantos hilos, mi sorpresa ha sido mayúscula al comprobar el interés que nuestras gestas (unas más épicas que otras) han suscitado entre toda suerte de famosos. Intuyo que el episodio del escorpión ha catapultado internacionalmente la fama de los globeros de Collserola. También han llamado la atención de los curiosos los últimos retos publicados. Muy especialmente el Desafío Cántabro, que ha recibido calurosa alabanza entre propios y extraños (mucho más que las denigrantes e inaceptables chapuzas organizadas por Gavilán, que recuerdan vergonzosamente antañas campañas publicitarias tipo "Dónde está Paco". Y por cierto, ¿dónde leches estás?). Al grano: los famosos llaman a la puerta del blog y se mueren por conocernos (muy especialmente a mí, por mi porte sobre la bici, y mi conversación civilizada, muy poco al uso de vuestra actitud asilvestrada). Hoy no me quedó más remedio que aceptar la invitación del gran Miguel. A la espera quedan nombres como Bruce Spreengsteen, Jack Nicolson, Karim Abdul-Jabar, y el mismo Palomo, que arde en deseos de volver a pasear por los bosques laberínticos de Collserola luciendo nuestro flamante maillot verde. Tengo también un par de fotos con Kim Bassinger: una con nuestro maillot verde, y otra más verde aún en la que posa sin él. Someto al veredicto de vuestro voto cuál de las dos cuelgo próximamente. Camila no vota hasta que no se hagan las presentaciones oficiales.
Bromas aparte, el viernes estuve en Igualada en un acto oficial que presentaba Induráin. Tuve ocasión de charlar con él durante un largo rato, antes de que se lo llevaran a dormir los políticos de turno. Estuvimos hablando de los viejos tiempos en los que él no lo era tanto. Durante su relato, me permití el lujo de corregirle ciertos detalles de nombres de corredores, llegadas y fechas, que él recordaba difusamente y yo con imborrable nitidez. Al rato se daba la increíble circunstancia de que cuando un aficionado se acercaba a preguntarle algo sobre alguna de sus gestas, Miguel me preguntaba a mí, o buscaba mi aprobación a sus palabras con un leve gesto de auxilio. Palabra: era yo quien le recordaba que su primer Tour no lo había ganado a lomos de una Pinarello sino de una Razesa, o quien le apuntaba que su primera victoria parcial en Cauterets no había tenido lugar en el 85, sino en el 89. Por unos momentos me sentí su lugarteniente o su aguador, su Marino Alonso o su hombre de confianza. No recuerdo una emoción parecida desde aquellos lejanos días en los que de pequeño creía conversar con los reyes magos el día de la cabalgata. Tiempo habrá de comentar los detalles en un próximo almuerzo.
A mis amigos Luis y Pepe por su afición al ciclismo. Tours 91. 92. 93. 94. 95.
Espero que este pequeño regalo os infunda ánimos para entrenar duro cuando tengáis edad para hacerlo.