Mi primera carrera de btt (como espectador)

No es broma. Jamás me había acercado a ver una. Y no os diré que me hayan entrado ganas de correr una, pero no será la última a la que me acerque. El ambiente es emocionante, y sigue asombrándome la capacidad de sacrificio que quienes practicamos este deporte somos capaces de demostrar. Desde cualquier lado: desde la luz, o desde el lado oscuro. También sigue admirándome el aficionado a este deporte. Hace algún tiempo leía un texto en el que se decía que ninguna afición deportiva es tan noble como la del ciclismo. Esta mañana no hicimos del rival nuestro enemigo; no acudieron a la cita organizaciones nazis o racistas; no hubo insultos a los jueces; nadie lanzó un mechero a la cabeza de algún corredor (aunque tal vez alguno lo mereció). Todo lo contrario. Quienes nos concentramos esta mañana alrededor vuestro, os ofrecimos bebida, os animamos al margen de cuál fuera vuestra nacionalidad o religión, respetamos vuestro sacrificio y valoramos vuestro esfuerzo. Como decía el autor del texto que leí, lo único prohibido que un aficionado se atreve a hacer, es empujar durante unos metros al ciclista que se tambalea exhausto en mitad de una rampa. Gracias a todos por el espectáculo.
n otro orden de cosas (menos importantes):

Aquí tenéis a Marcos en acción. Mira que el hombre es serio, pero en carrera fue el único que sonrió al fotógrafo. Se diría que sufrió menos que en las nocturnas cuando le sacan a pasear Salamero y Diego. Dicen que entonces no ríe tanto.

Si os fijáis en Salamero a la altura de la rodilla luce un siete en el culotte. Nunca había visto a un ciclista caer y rebotar como si el suelo fuera de goma. No cedió en la caída ni dos metros al grupo en el que iba. Iba con los ojos inyectados en cólera, dando voces atronadoras que me recordaron a mi amigo Palomo. Nada que ver con el pausado caballero al que de vez en cuando acompañaba por el bosque. Habrá que investigar si se trató de una treta de los Action para eliminarle de carrera. Si es así, os recomiendo que la próxima vez le tiréis al suelo, le cortéis la cadena y le rajéis la cubierta. Así aseguráis la carrera (salvo que se trate de una maratón; entonces habría que tratar de cloroformarlo cuando estuviera en el suelo, aunque viendo cómo se pone, a ver quién le pone el cascabel al gato).

Gavilán sufrió un mal día. Pero os aseguro que a mí fue el que más me impresionó. Los grandes deportistas demuestran serlo en los días malos, no en los buenos. Ni que decir tiene que yo soy un gran deportista.

Aquí los tenéis. Creo que merecen por méritos propios que en el portal del blog figuren sus nombres en riguroso orden alfabético. Creo que después de esto llevan la afición a este deporte en las venas

¿Pero tú no tenías las fibras rotas? Jolines, voy a romperme unas cuantas esta misma tarde, a ver si me va como a él. Alguna aficionada octogenaria comentaba entre corrillos que estás mucho mejor con leotardos.

Luisín completaba la faena. No sé la posición, pero me huelo que le habrá ido bastante mejor que con los últimos exámenes en el colegio. Le recomiendo esmerarse con lo segundo si quiere seguir disfrutando de lo primero.

Pepe ha demostrado su valía, terminando la carrera con entrega y haciéndole tragar a Salamero sus palabras.

Para Barrilete Cosmico, tampoco fue su mejor día, aunque en planta y estilo sólo puede comparársele conmigo. Ni que decir tiene que en la comparación salgo ganando por goleada.

Este hombre es incombustible. Javier, de mayor quiero ser como tú (me quedan dos o tres años para cumplir mi deseo). Después de la carrera se vistió de aficionado y mantuvo el mismo nivelazo animando a los chavales.

Ismael volvió a ponerse un dorsal después de muchos años. Su momento de forma es extraordinario.

Miguel Angel en su estreno en el nuevo equipo demostro buenas maneras y gran fuerza, penalizo en una mala salida que le impidio estar con el grupo delantero.

Diego melenas no debuto con buen pie en el provincial de Barcelona, pinchando en la primera vuelta.

Carlos, el otro elite globero no quiso ser menos que su compañero y pincho a pocos metros, se acerco a el con intención de suplicarle una rueda para seguir corriendo, ya que vino con muchas ganas y el circuito le iba al dedillo, pero no tuvo fortuna, puesto los dos habían pinchado el neumático trasero. Aun estamos buscando la piedra, puesto seria la única que había en el circuito.

Firmado Adrià López